domingo, 16 de septiembre de 2012

14. Ahora no.

Miércoles por la mañana. Me quedaban todavía unos días para estar con Pablo hasta el domingo. Todo parecía irreal, cuando estaba con él todo era perfecto. Solo existíamos él y yo, ya pensaría en el resto de la gente cuando me demuestren que me quieren. Era increíble. Tan solo llevábamos juntos dos días y estaba más ilusionada que nunca. Amor...creo que lo llaman así.

Suena te he echado de menos. Ah, era mi móvil. Lo dejo sonar un rato tan solo para escuchar su voz. Descuelgo y hablo con voz de dormida. Dormida y enamorada.
—¿Si?
—Hola, desaparecida.
—Ah, ¡Rocío! ¿Qué tal?
Era mi mejor amiga. No había quedado con ella ayer, supongo que me llama para que nos veamos. La verdad es que no me gusta ocultárselo, pero de momento no le diré nada sobre lo mío con Pablo.
—Todo bien, pero necesito hablar contigo.
—Bueno, pues ya estás hablando conmigo.
—Prefiero contártelo en persona. ¿Cuándo puedes quedar?
Me pilla un poco desprevenida. ¿Qué sería tan importante para querer decírmelo en persona? Me preocupo.
—Sí, claro, esta mañana puedo.—Le diré a Pablo que no puedo quedar con él...—¿Qué es tan importante?
—Luego te cuento, a las 12 voy a tu casa.
—Vale, nos vemos.
Sigo en la cama, boca arriba. Me giro para ver nadar a Caramelo, él siempre tan ajeno a los problemas... Me pica la curiosidad. No soy capaz de imaginarme qué me querría contar.
Me visto, desayuno, preparo todo e incluso me da tiempo a acercarme al Mercadona de la esquina y comprar comida.
Cuando vuelvo, Rocío está sentada en uno de los bancos que recorren toda mi calle.
—¡Hola!—Sonrío. Pero ella está seria.
—Tía, tenemos que hablar. Es sobre Sergio...
Me cambia la cara por completo. Sergio es el chico del que llevaba enamorada toda la vida. Siempre he sentido algo por él, pero nunca ha pasado nada. Tiene 20 años. Nos conocemos desde que teníamos trece años porque mi grupo de amigos y el suyo empezaron a quedar todos juntos. Sé que él sabe que me gustaba, pero ninguno de los dos ha actuado nunca.
—Eh, Marina, te has quedado eclipsada.
—Perdón...¿Qué pasa con Sergio?
—He estado hablando con él, ya sabes que es mi mejor amigo. Me ha confesado que cree que siente algo por ti.
—Ah...
—Eh, ¿pero qué te pasa? ¿Es que no te alegras? ¡Es tu oportunidad!
—No, no. Ahora no. Justo ahora...
—¿Justo ahora qué? Marina, ¿eres tú? ¿La que lleva toda la vida por él?
—Ya no. No. Pfffff... No puedo. Mejor dicho, no quiero.
—¿Me estás diciendo esto en serio?
—Completamente en serio. No quiero nada con él.
—¿Y ese cambio de decisión?
¿Qué la podía decir? No me gustaba mentir, y menos a ella.
—He conocido a alguien...
Rocío se queda mirándome, incrédula.
—No me lo puedo creer. ¿Y quién se supone que es?
No sé si decírselo o no. Apenas llevamos una semana juntos y al ser un personaje conocido no sería positivo para él que la prensa se enterase, aunque confiaba en Rocío. Además, temía que no me diese su aprobación. Aunque en realidad tampoco la necesitaba, si quería estar con Pablo estaría con Pablo le pase a quien le pese.
—Aún no puedo decírtelo, lo siento....
—...
—Por favor, entiéndeme. En cuanto pueda te lo contaré todo.
—Vale, no te preocupes. Sabes que siempre he estado a tu lado y siempre lo estaré. Pero llámame cuando estés preparada y quieras contármelo, ¿vale?
Me limito a abrazarla.
—Gracias...
—Anda, no hay de qué. Me voy, ya sabes, lo que te he dicho. Llámame cuando quieras.
Se aleja y me quedo sola sentada en el banco, mirando hacia el suelo. Desde luego, si hubiese más personas como Rocío el mundo iría mucho mejor. Analizo lo que acaba de pasar.

Ahora que había encontrado mi felicidad en Pablo, me la quería dar otra persona. No estaba dispuesta a dejar pasar mi relación con Pablo solo porque a Sergio se le hubiese ocurrido quererme. Perdí demasiado tiempo enamorada de él. Y es hora de recuperarlo. Pero con Pablo.

1 comentario:

  1. Hermosooo Pablo es lo mejor y a no dejarlo jamas eso si seria una pena..ja ja

    ResponderEliminar