sábado, 18 de agosto de 2012

6. Detalles.

Se me aceleró el corazón. Me quedé sin respiración. Hasta me temblaban las manos.
—Lo siento—Repetí, casi susurrando.
Mi mejilla estaba apoyada cuidadosamente en su hombro. Respiraba su olor. Podría pasarme la vida entera abrazada a él.
—¿Qué es lo que sientes, mi niña?
Me deshice del abrazo para mirarle a la cara. Era Pablo. Pablo, Pablo Alborán. Pero ¿qué hacía aquí?
No me lo podía creer.
—Lo siento. No pude ir al concierto, me castigaron mis padres... Dije que nos veríamos al día siguiente y...te he fallado....—Bajé la mirada.
—No te preocupes ni niña, tendrás mas oportunidades de verme en concierto.—
Me miraba a los ojos, los míos húmedos por lágrimas de emoción. Me sonríe cálidamente y ahora es él el que me abraza.
Tras unos segundos, decido preguntárselo.
—¿Qué haces aquí?
—He venido a ver a un amigo, que se ha animado y ha participado.—Parecía inseguro.
—Perfecto, ¿luego me dices quién es?
—Claro, luego te le presento. Por cierto, lo has hecho genial mi niña. Me has emocionado, se me ha puesto la piel de gallina. ¿Desde cuándo tocas la guitarra?
Con su presencia me había olvidado de todo. En realidad ahora me daba un poco de vergüenza que Pablo me hubiese visto cantando una canción suya...
—Seguro que no es para tanto... —Solté una risa nerviosa—Desde los diez añitos o así, me llamaba la atención y mi madre me apuntó a clases. ¿Sabes qué? Quería dedicarte la canción a ti, por no haberte visto en el concierto y porque la canción es tuya.
Pablo me sostiene la mirada. Tranquilo, curioso.
—Gracias.—Sonríe.
Un simple y sencillo gracias, que sin embargo para mí lo significa todo.
—A ti, Pablete.
Nos sonreímos, y miramos a la vez al escenario porque ha empezado a sonar la melodía de Solamente tú. Alguien más había elegido sus canciones. Normal, son preciosas...
Le doy la mano y le llevo hasta las primeras filas para verlo mejor.
Lo de la mano fue un acto involuntario, es algo que hago con mis amigas cuando quiero que vayamos a algún sitio. Vimos el resto de las actuaciones juntos. A veces le pillaba mirándome, y yo fingía que no me había dado cuenta. Otras veces era yo la que le miraba. Estar a su lado llenaba todos los rincones vacíos de mi alma, me complementaba.
De vez en cuando se acercaba a mí y me decía 'Este me gusta como canta' y yo le sonreía.
El show terminó, y todos empezaron a abandonar la Sala Galileo Galilei.
—Espérame, por favor, si salgo se abalanzarán sobre mí.—Nos reímos juntos.
Esperamos a que casi toda la gente saliera para salir nosotros. Nos quedamos en la puerta. Esto me empezaba a sonar a despedida...
—¿Qué vas a hacer ahora?—Me pregunta él. Parece que ni él ni yo queremos separarnos.
—Cogeré un bus y me iré a casa...
—¿Quieres que te lleve yo?—La expresión de su cara suplica un sí como respuesta.
—Pabete, yo no quiero molestar...
—Marina, tú nunca molestas. Yo te llevo, que no me importa. Esta vez no traigo la furgoneta, vamos en coche—Me mira, y los dos nos reímos. Me da la mano, igual que yo hice antes con él y me lleva hasta su coche.
Cuando me quise dar cuenta ya estaba acomodada en el asiento del copiloto. Acariciaba los asientos de cuero, ensimismada, pensado.
¿Y esto? ¿Lo hará con todas las fans? No quería reconocerlo, pero sabía que esto no era normal. Aún así, daba lo que fuese por pasar unos minutos más a su lado.
—¿Marina? ¿Estás bien?
Al parecer se había dado cuenta de que estaba pensado. Me miraba con gesto de preocupación, pero yo le sonreí.
—Sí, no te preocupes, es que...sigo sin creerme que te tengo aquí, al lado.
—¿Quieres que te pellizque?—Soltó una carcajada.
—No, no hace falta, dentro de poco lo asimilaré—Me uní a su risa.
Pablo arrancó el coche, y lo sacó del aparcamiento.
—Tengo una duda.—Mira continuamente a la izquierda y a la derecha—¿Dónde está tu casa?
—Olvidé que no sabes dónde vivo—Me río—Gira a la derecha, yo te voy indicando.
Analizo cada detalle. En cómo sus manos se deslizan por el volante. En cómo gira la cabeza para ver si viene algún coche, con la boca ligeramente abierta. En cómo se humedece los labios. En cómo me mira por el rabillo del ojo mientras yo le miro a él.





2 comentarios:

  1. Me encanta el nuevo capitulo, ¿La historia se puede hecer realidad? me encanta

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias por tu comentario. Ojalá se hiciese realidad, ¡a todas nos encantaría! Un besote :D

      Eliminar